lunes, 3 de diciembre de 2007

EL BICING ESTÁ DE MODA

La fiebre de la bici pública no acaba más que empezar. Barcelona ha creado un modelo de movilidad interurbana: el Bicing. Ciudades como Sevilla o Madrid están planteando la posibilidad de crear un servicio público de bicicletas para moverse por la ciudad.

La fórmula del éxito, inventada en la ciudad francesa de Lyon, es bien sencilla: lugares de estacionamiento y recogida automatizados y repartidos en puntos estratégicos de la ciudad. Además el precio es casi simbólico: empezó siendo 6 € anuales y ahora 24 €. La verdad es que no está nada mal.

Ahora bien, el problema surge con la implantación de los carriles bici. Todavía Barcelona no dispone de carriles suficientes habilitados para una movilidad eficaz para los usuarios del Bicing y para los peatones. Por eso muchas veces nos encontramos que vamos paseando tranquilamente y una bici nos pisa los talones y nos quiere atropellar. Esto sí que no está bien, pero tampoco las bicis deberían circular por la carretera porque ponen en peligro la vida de los conductores y sobre todo, la de los ciclistas. Los ciclistas no conocen las normas de cualquier conductor porque no se tienen que sacar ningún carnet. Además, no van equipados ni con casco, ni rodilleras ni ningún tipo de protección. En este sentido, el Ajuntament debería promover un uso responsable de la bicicleta, porque no todo son flors i violes.

2 comentarios:

Thehype dijo...

A mi los ciclistas me indignan: no respetan ni las señales para los peatones ni las señales para los automóviles; son una especie de híbrido con una inmunidad autoproclamada.

Anna Soler dijo...

La verdad es que a mi por lo general también me indignan. Ves cada cosa...Me han llegado a pitar en la acera de Gran de Gràcia pq no me apartaba no te jode!!! EN LA PUTA ACERA!!! Pero bueno no se puede meter a todo el mundo en el mismo saco...

Creo que el problema tiene 2 focos:

1. La poca conciencia y costumbre de circular en bici por ciudad. Así de sopetón no se puede educar a los miles de ciudadanos que se han apuntado a la moda del transporte sostenible. Todo requiere su tiempo de digestión.

2. Barcelona. Hoy por hoy no es una ciudad adecuadamente preparada para ir en bici a todas y por todas partes. Si, de momento el número de metros lineales de carril bici ha ido creciendo, pero nada más. Nadie cambiará la fisionomía de las calles del Ensanche ni de Ciutat Vella y ni unas ni otras son óptimas para circular en bicicleta.

Además más bici quiere decir menos coche y más apoyo del transporte público y visto cómo está esto último, cualquiera le dice algo a alguién que venga de Viladecans en coche y se niegue a venir en tren hasta Plaza Catalunya para luego coger la bici y desplazarse hasta el trabajo.